sábado, 18 de febrero de 2012

UNA PERSONA QUE IMPACTA 2

Martín Lutero, el líder de la Reforma Evangélica, fue músico desde la cuna. Poseía una voz bella y prístina. Todos los días, después de comer, tomaba su laúd y por media hora disfrutaba tocar y cantar.
Cuando joven, aún estudiante cantaba frente a las ventanas de los ricos de aquella época con el fin de obtener dinero y dárselo a la gente pobre. Lutero decía: “A quien no le guste la música, no podrá ser mi amigo”. Pensaba que la música era un “don  y una gracia de Dios, y por ello la música podía hacer huir a Satanás y hacer que el hombre olvidara su enojo”. El componía himnos para propagar el mensaje de Dios por medio del canto. Quería que su entorno tuviera himnos y la misma Biblia en su propio idioma. Antes de Lutero, solamente los sacerdotes o los coros formales interpretaban cantos en latín. Así que Lutero fue el precursor de la Himnología Congregacional que tanto disfrutamos hoy en día.
El primer himnario evangélico fue publicado en Wittenberg, Alemania en 1524. Tenía ocho himnos, cuatro de ellos escritos por Lutero. La demanda del himnario fue enorme y en poco tiempo la gente aprendió los himnos y Alemania adoptaba con mucho entusiasmo los himnos congregacionales. De esta forma, Martín Lutero se ganó el corazón de la gente y fue altamente aceptado y reconocido ya que no era muy común que un solo individuo escribiera  la música y letra de los himnos y además los interpretara. De sus 37 himnos, sin duda el más conocido es “Castillo Fuerte es nuestro Dios”, que se constituyó en el himno lema de la Reforma, y es cantado en las iglesias hasta hoy. Se cree que Lutero escribió este himno durante su cautiverio, cuando sus amigos lo escondieron precisamente en el castillo fuerte de Wartburgo para protegerlo de sus enemigos.
En esos días había personas a quienes no les gustaba este efecto de Lutero. Decían que toda Alemania estaba aceptando y aprendiendo sus doctrinas por medio de sus himnos y esto les preocupaba.
Mientras Lutero traducía los Salmos, compuso un tomo de sermones acerca de ellos. El Salmo 46 fue su inspiración al componer el famoso Himno expresando un mensaje de seguridad en tiempos de prueba por parte del enemigo, y ha servido de gran aliento para aquellos que enfrentamos trances difíciles en nuestra vida.
El himno nos llega al español traducido por el poeta Juan Bautista Cabrera que a la letra dice:
Castillo Fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo.
Con Su poder nos librará de todo trance agudo.
Con furia y con afán acósanos Satán;
Por armas deja ver astucia y gran poder;
Cual el no hay en la tierra.
Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido.
Mas por nosotros pugnará de Dios el Escogido.
¿Sabéis quién es Jesús?
El que venció en la cruz, Señor de Sabaoth, y pues El solo es Dios,
El triunfa en la batalla.
Aunque estén demonios mil
Prontos a devorarnos
No temeremos porque Dios
Sabrá aun prosperarnos.
Que muestre su vigor Satán y su furor
Dañarnos no podrá pues condenado es ya
Por la Palabra Santa.
Amén!
Fotografía: Castillo de Wartburg, declarado Patrimonio de la Humanidad.

VISITA: http://grisdeluna.com/
            http://paralamujerlatina.wordpress.com/

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